domingo, 18 de septiembre de 2011

Martes 13 de Septiembre del 2011. Hora 6.23 hs. Paso a nivel del Ferrocarril Sarmiento. El interno 52 de la línea 92 se dirige por Artigas para el lado de Puente 12 . Ve que pasa una formación y como se dice normalmente “mete la trompa y se manda”, no frena. Lo demás ya lo sabemos. El colectivo choca con una formación que viene de Liniers la cual descarrila, cambia de vía y coliciona con otro tren que estaba llegando a la estación Flores. El interno 52 queda incrustado entre las dos formaciones. Se llegó a contar 228 heridos y 11 muertos, uno de ellos el chofer del colectivo.
Entrevistada la esposa dijo que el conductor cumpliría 35 años el día 26 de septiembre y que era muy prudente, que respetaba mucho la barrera. Los videos demostraron que la unidad venía a 50 km/h y que en ningún momento frenó, pasó la barrera cuando estaba a 45º.
Se barajan distintas hipótesis. Seguro es, que constantemente alguien levanta la barrera para que pasen lo vehículos. ¿Está bien o mal? No tengo autoridad para decirlo. Pero lo cierto es que estando a 300 m del paso a nivel, la barrera baja y por lo general hay una espera de entre 15 y 25 minutos para pasar.
Pensemos que siente un automovilista: la barrera baja, comienza la espera, pasan los minutos, se pone nervioso, comienzan los bocinazos y los insultos; hasta que alguien levanta la barrera y hace señas que pasen, o el mismo guardabarrera las sube para que pueda descongestionarse el tránsito.
Sucedió una terrible tragedia ese 13 de septiembre del 2011, pero no sólo fue eso al día siguiente un camión, un colectivo y el premetro protagonizaron otro accidente y lamentablemente si no se toman medidas, es posible que vuelvan a suceder accidentes con más o menos heridos y/o muertos. Debemos luchar para que los trenes vayan por debajo del nivel de la calle. Debemos luchar para crear conciencia en los conductores de todos los vehículos que deben respetar las leyes de tránsito y sólo así, con paciencia y buena voluntad evitaremos muchos problemas a futuro.

miércoles, 14 de septiembre de 2011

El secretario de Transporte adelantó que en 44 meses estará listo el soterramiento del Sarmiento


El secretario de Transporte, Juan Pablo Schiavi, anticipó que "en 44 meses" estará terminado el soterramiento del Ferrocarril Sarmiento, para lo cual ya llegó la maquinaria que permitirá construir esta obra a la que calificó como "la más importante en la historia ferroviaria argentina".
"Es una obra que va a significar que barrios como Caballito, Flores, Floresta y Liniers se puedan comunicar de un lado al otro, y permitirá que mucha gente que viene de Provincia muy apretada en los trenes pueda viajar mucho mejor porque las frecuencias bajarán de ocho a sólo tres minutos por tren", destacó.

Tras el trágico accidente en las inmediaciones del barrio porteño de Flores que dejó un saldo de 11 muertos, Schiavi aseguró que la obra "permitirá que nunca más un auto colisione con un tren, porque sencillamente no podrá hacerlo" y pidió que "mientras tanto la gente tenga prudencia para que no se repita la tragedia".

El funcionario ponderó durante una conferencia de prensa el rol presente del Estado en este tipo de emprendimientos, al destacar que "fue este Gobierno el que hizo posible el soterramiento" y precisó que el costo total de la obra ascenderá a los "12.000 millones de pesos".

La obra irá de Once hasta la localidad bonaerense de Moreno, lo que significa abarcar la cuenca poblacional "más grande y la que más ha crecido".

"Ya vamos por un año de trabajo técnico de ingeniería desde la adjudicación en el 2008 y la tuneladora a utilizarse será la más grande de Latinoamérica, con 10,60 metros de diámetro y más de 200 de largo", especificó.

El funcionario explicó que esto va a implicar "hacer una obra de una velocidad muy grande, casi de 20 metros por día" y agregó que mientras se realicen los trabajos bajo tierra a 22 metros de profundidad, el tren seguirá funcionando por arriba, así que los pasajeros -unos 10 millones mensuales- tendrán que tomar todas las precauciones, como obedecer las señales de tránsito y ferroviarias".

La tuneladora, bautizada Argentina, arribó al puerto de Zárate el 8 de septiembre, con lo que se dio el primer paso para el comienzo de la obra de soterramiento del Ferrocarril Sarmiento.

La máquina, una TBM (Tunnel Boring Machine por sus siglas en ingés) importada de Alemania, es la más grande de Latinoamérica y será utilizada para la construcción del túnel de 32,6 kilómetros de longitud que comprende el corredor entre Caballito y Moreno.

La "Argentina" tiene la capacidad de construir túneles de 12 metros de diámetro, lo que permitirá la circulación de formaciones doble piso, como las nuevas de fabricación nacional que están prestando servicio actualmente en esa línea.

La capacidad operativa del Ferrocarril Sarmiento está casi al límite, siendo imposible agregarle una mayor frecuencia de servicio por la presencia de más de 52 pasos a nivel que deberían ser poco menos que cerrados para permitir la circulación de los trenes.

Por eso, el funcionamiento del Sarmiento bajo tierra permitiría la posibilidad de aumentar la cantidad de formaciones, hasta llegar a frecuencias de 3 minutos, pasando de 300 trenes diarios a más de 400, explicó la Secretaría de Transporte en un informe sobre la obra, difundido hoy.

A medida que se realicen los trabajos, se estarán recuperando gran cantidad de terrenos ferroviarios que podrán ser reutilizados, mejorando por ejemplo la calidad del espacio público de la zona Oeste de la ciudad de Buenos Aires.

En este sentido la obra se desarrolla sin expropiaciones de terrenos, lo cual hace que el trabajo en materia constructiva sea casi inédito en el país.

La primera etapa del proyecto comenzará con el tramo Caballito - Haedo, a lo largo de 16,7 kilómetros, e incluirá el soterramiento de todo el trazado y de ocho estaciones: Caballito, Flores, Floresta, Villa Luro, Liniers, Ciudadela, Ramos Mejía y Haedo; y la construcción de talleres de mantenimiento en Francisco Álvarez, Luján y Lobos.

La segunda será entre Haedo y Castelar, con 3,95 kilómetros de extensión, y el soterramiento de dos estaciones, Morón y Castelar.

Y la última etapa, Castelar-Moreno de más de 14 kilómetros, comprenderá la construcción bajo tierra de 5 estaciones (Ituzaingó, Padua, Merlo, Paso del Rey y Moreno) y la construcción de la rampa de vinculación con el taller de Francisco Álvarez.

Según el informe de Transporte, las obras generarán 10.000 nuevos puestos de trabajo: 2.000 relacionados en forma directa a la construcción y 8.000 asociados indirectamente a la provisión de los distintos servicios, materiales y equipos que conforman el proyecto.